lunes, 16 de enero de 2012

17. Aliento de la Noche Perfumada y Tranquilidad Parcialmente Controlada



Esta historia habla de soledad y compasión.

Algunas noches no puedo
Respirar en el interior
Y fuera de casa debo salir
Para apreciar el real olor

Demasiada basura en mi salón
La televisión es razón suficiente
Como para desviar
De aquella habitación
Mi total atención

Lo de afuera merece ser admirado
De dentro hacia afuera
Y no de fuera hacia adentro
Como un robot ciego y abobado

La madera cruje escaleras abajo
Tras mis pasos de hierro
Y, tras ésto, la puerta cierro

El olor a lluvia y el intenso grillar
Hacen del exterior
Un magnífico ambiente otoñal
En el que poder investigar

El río cercano discurre
Vagando entre colina y colina
Y tú piensas al mismo tiempo que caminas
“¿Hacia dónde me querrá llevar
Si cruzo el frondoso pinar?
¿Por qué no lo descubres
Ya que dentro de casa
Tanto te aburres?”

Te encuentras en la mayor soledad
Gozas de total libertad
Las luciérnagas son
En ese preciso momento y lugar
Tu mayor amistad

A la luna me dirijo
Buscando, en esta fría noche
Algo de cariño y cobijo
Pero ella hace caso omiso

No parece entender de amor
Y, a no ser que esté en su escondrijo
Todo me lleva a pensar
Que nunca ha tenido un hijo

O los que la conquistaron
Lo hicieron muy mal
O ésta no sentirá por nosotros
Un amor tan maternal...

Al menos, en este momento
Su luz me aporta
Lo demás, igual
Tanto no importa

Creo que al fondo
Junto a un pedestal
A alguien acierto a divisar
No sé si se trataría
De mi falta de compañía
Pero allí, la silueta de una persona había

Me encontraba seguro
De lo que mis ojos veían
Parecía que éstos
En absoluto mentían

El silencio y calma no quise rasgar
Así que, hacia el lugar
Me puse rápidamente a caminar
Sin palabra por mi boca soltar

Al fin llegué y, curioso
La escena fijamente observé
Se trataba de un niño de corta edad
Sólo y llorando con ansiedad

“¿Qué haces aquí, pequeño?”
“Abandonado, aquí me han dejado
Tengo hambre, sed y frío
Y el culpable de todo
Ha sido mi supuesto tío”
Respondió el pobre crío

“¿Pero cómo pudo hacerlo?
No puedo creerlo...”

“Dijo que obedeció
A las órdenes de su deidad”
“¡Pero eso es una barbaridad!”
“Así es, señor
Una completa mezquindad...”

“¿Su deidad dijo que te abandonase?”
“Según él, la deidad le comunicó un mensaje
En el que le decía que aquí me dejase
Que no fuese él quién más tiempo me criase”

“Yo vivo sólo y no tengo nada que hacer
Se me ocurre que te podría
Bajo mi techo, acoger
Pero claro, eso es algo
Que te tiene que apetecer...”
“Señor, le agradezco su interés y amor
Gracias por su gesto de compasión
Por favor, vayamos hacia su hogar
Sin mayor dilación”

“A partir de ahora
Un padre para ti trataré de ser
Tu madre podría ser la luna
Pero esperaremos a ver
Qué nos depara la fortuna
Tras el siguiente atardecer...”

No hay comentarios:

Publicar un comentario