lunes, 9 de enero de 2012

16. Si Abres La Puerta Equivocada, Procura, Después, Dejar Ésta Bien Cerrada (Nunca Se Sabe Lo Que Puede Ocurrir Si Dejas La Casa Aireada...)



Ahora os hablaré acerca de una puerta abierta y de gente tan pobre como atenta, que tomó ciertas palabras al pie de la letra.

La marea no era demasiado intensa
Pero la cantidad de agua
Era realmente inmensa
En cálidas aguas me bañaba
Y, de fondo, varios grillos sonaban
Empapado me encontraba
Y es que, demasiada agua me arropaba

Era agobiante
Llegado a un punto
Pasó a ser algo desesperante
¿Inodora? No lo dirías
Si estuvieras aquí y ahora
No tenía pinta de ser
Precisamente purificadora
Debía escapar sin demora

Sentí caer, como si se tratase de un despeño
De repente, vi mi habitación
Y comprendí que todo había sido un simple sueño

Lo que está claro es que
No todo salió de mi imaginación
En remojo estaba y el sudor y los grillos
No fueron una irreal percepción
Creados durante la acuosa ensoñación
Sino que realmente existían
A la realidad pertenecían

Un nuevo sonido se unió
Al monótono grillar
El cuál no se hizo esperar
Ni tampoco de rogar
A un Foliot del XVII se asemejaba,
Aunque, sinceramente, esos eran términos
Que poco o nada manejaba...
La profesión que más deseo
No es precisamente la de relojero
Y es que veo en ella demasiado esmero...

Me levanté y las escaleras lentamente bajé
El sonido se acrecentaba
Y en cambio, mis pasos apenas sonaban
Ese ruido no se apagaba
Ni en sueños se apaciguaba

El sótano era mi destino
De allí salía el incansable sonido
“Ten cuidado, amigo
No vayan a ser ratas
Y acabes algo dolorido”
Pensé, con la esperanza
De aquello no suceder

De una linterna me ayudé
Y a una esquina de la sala apunté
A un hombre sorprendí
Y él a mí, nada más le vi
Colonia no parecía usar
Y de afeitar, mejor ni hablar
Sus ropas olían mal
Su lavadora no debía funcionar

“No me haga daño, por favor
Lo siento por mi hedor
Pero no tengo casa y estoy sumido
En un más que profundo dolor
Hermano, tenga amor
Hágame el favor
Y mantenga impecable su honor”
“Daño no le haré
Pero, ¿qué hace en mi casa
Un hombre como usted?”
Le pregunté

Antes de su respuesta llegar
A alguien más escuché bajar
¡Toma ya, tres mendigos más!
No puede ser
¡Esto es un “no parar”!

“¿Y a ustedes que les trae por aquí, señores?”
Dije rodeado de aún más pútridos olores
“Un lugar dónde poder pasar la noche
Esperamos que no le moleste
No cometeremos ningún derroche
Con un poco de vino y tabaco
Fue suficiente anoche”

De pronto recordé
Y arrepentido de mis palabras quedé
Varios días atrás, con un amigo
En las afueras charlé
Y algo le grité
Intentando hacer gala
De mi buen corazón
Expuse a viva voz mi opinión
Y a toda la gente llamé la atención

“Amigo, escucha bien lo que te digo
Abriría las puertas de mi casa
A cualquier mendigo
En serio, amigo
No habría ningún problema
En ofrecerles algo de comida y un buen abrigo
Soy una gran persona
Puede que la mejor
De toda la zona
¡Todos arriba!
¡Que los mendigos me sigan!"

Y vaya que si llamé la atención...
No hacía falta más que mirar a esos hombres
Y fijarse en sus gestos y palabras de admiración
“Perdón, ¿es aquí la casa de acogida?”
Preguntó una mujer casi desfallecida
“Así es, amiga. Le doy mi bienvenida”
Respondí con la mirada perdida

La de mi casa y la de mi gran boca
Fueron las dos puertas que abrí
En un principio, la idea me pareció de lo más loca
Y así fue tal y como lo vi
Pero ahora, todos me dicen que
Soy el mejor de la población
El orgullo de toda una nación

Y la verdad es que
Lo he pensado con más dilación
Y ya no me produce
La misma extraña sensación
Al menos ahora, compañía tenía
Mi casa más que fatal olía
Pero, eso si, el alcalde
“Mejor habitante del pueblo” me nombraría
Y una grandísima persona, todos me considerarían

No hay comentarios:

Publicar un comentario