Esta es la historia de una breve larga historia...
Tenía ganas de una aventura bien elaboradaNací rico, así que nada me preocupabaSalí de mi mansión como si nadaNo esperaba regresar pronto a mi moradaEl cielo aquí era azul y más adelante gris parecíaNo logro entender el por qué, pero los colores no mentíanComencé el trayecto sin la menor preocupaciónPero los obstáculos que me esperaban llamaron mi atenciónUn paso en falso y caes en un vadoUn paso hacia atrás y una espina de un rosal te clavarásY es que, si no vas con ojoDe poco te serviránUnos buenos anteojosVes una charca tras un arbusto bien robustoTe adelantas y fijas bien y la charca ya no es charcaSino un montón de fangoY, en él sumergida, una traicionada barcaPobre del que se subió, ya que nada consiguióEs más, el desgraciado, todo perdióSe equivocó y se salió de su caminoEs una verdadera lástima, peroEn ocasiones a uno le falta atinoLa senda continué y, a unos pocos metros frente a míUnos libros tirados encontréCiencias y artesSabiduría y conocimientosLos verdaderos cimientosNadie lo dudaríaEntonces, ¿por qué, allí abandonadosAquellos libros quedarían?La duda, toda mi mente recorreríaAunque muy poco tiempo duraríaSeguí paseando y me topé con un vagabundoQue por allí se encontraba deambulando“¿Unas moneditas para este pobre señor?”, me dijoMientras su mirada mostraba una gran falta de esplendorTenía el dinero y tiempo justosPero, viendo su gesto de disgustoMe detuve y le di una cantidadSuficiente para mi gustoTotal, era una cantidadLa cuál no me sería complicado recuperar“Tómelo, señorGuárdelo y utilíceloPara una buena acción”El hombre, de forma bruscaEl dinero me arrebatóY de cerca lo miró“Es buen material, muchachoGente como tú es de agradecer que existaQue tengas un buen viajeHasta la vista”Y cuando ya me ibaCon el fin de continuar por la travesíaEscuché que algo más decía“Sólo te digo que aprendasTodo cuanto puedas, chavalO, de lo contrario, las cosasTe irán bastante mal”Varios kilómetros más anduveY, de pronto, me detuveEse callejón no me gustabaLa gente, de él, precisamente bien no hablabaUn ambiente tan inquietante como angustiosoY, frente a mí, unas siluetas de contorno misterioso“Danos todo lo que portes, o, si noQue lo que mis colegas hagan contigo no te importe”Me dijo uno de ellos de forma desafianteSeñalándome y con tono amenazanteYo, nada temerosoRespondí a ese impertinente odioso“Mucho dinero necesitáis, pero veoQue ropa de marca lleváisNo sois más que unos asquerososSin pasado y con un futuroDemasiado oscuro como para ser vistoPor vuestros turbios ojosY cerebro enormemente inmaduroTengo poco dinero y no os lo daréLo siento, pero cosas mejores tengo que hacer”Unos cuantos minutos despuésDel hospital y sin blanca salíaY, mi cuerpo, aún ardía“Malditos malnacidos”, decíaPero ésto, de nada servíaPor primera vez viví lo que significabaNo tener dinero siempre a mi ladoMe sentía como un pollo sin plumasComo un vagabundo completamente afeitado¿Era solamente una tontería oRealmente ésta idea de la salidaAlgún sentido tendría?Y comenzó a diluviarLa noche me había atrapadoY todo pintaba fatalMi casa ya estaba demasiado lejosAsí que recogí varios plásticos y cartonesY, bajo aquél puente estrechoMe hice con ellos un pequeño techoLa oscuridad pasó sin apenas darme cuentaY los pájaros hicieron que me levantaseY pusiese a caminar de vueltaNo recuerdo lo que soñéPero seguro que nada bueno fueAunque eso ahora poco importabaYa que más caminata me esperabaEl sendero retoméY, en la lejanía, algo vislumbréSe trataba de una torre con una campanaLa cuál todos querían que sonara¡Claro, una iglesia!Ni que tuviese amnesia...Los novios, salían de ella felices(Algo momentáneo o de años, eso ya no lo séYo no soy uno de esos que predicen...)Y las gentes, rosas les lanzabanY entre granos de arroz los ahogabanYa no me quedaba mucho para llegar a la estaciónPor lo que algo de dinero necesitaríaSi partir de aquí este díaEra lo que verdaderamente queríaDe repente recordé algo que siempre améY con lo que siempre soñéNo era otra cosa que tocar la guitarraY cantar canciones con personas alrededorAplaudiendo mis creaciones con auténtico fervorPero debo reconocer que mi voz no sonabaComo pienso que a la gente gustabaY, simple casualidad o noUna cantarina muchacha se me acercó“Hola, chiquilla de voz dulce¿Cuál es esa canción queCon tanta pasión difundes?”“Es una canción inventadaEn mi lejano puebloPor todos es admirada”Me dijo apasionada“¿Qué te parece si juntos creamosA unos cuantos contentamosY, de paso, algo de dinero ganamos?”“La idea me encantaSólo que... Una guitarra, por ejemplo,Creo que nos falta”Nunca sabía lo que mi viaje duraríaPor lo que mi guitarra, en casaNi loco se quedaríaAntes de salir, eso mismo penséY de lleno acertéLa guitarra le mostréY a la chica, sonriente, abracéEn el centro de la plaza nos colocamosY varias historias cantamosMuchos nos acompañaronY, a éstos, nuestras canciones animaronY es que fue algo totalmente imprevisibleLa cantidad de monedas que a nuestros bolsillos llenaronNos pareció, sin lugar a dudas, increíble“Gracias a todosPor sus ánimos y bendiciónEstamos seguros de queVolveremos a cantarles en otra ocasión”A la muchacha le maravillóY, encantada, me preguntó“¿Hacia dónde te dirigesQuerido amigo?”Y yo la respondí, felizAl mismo tiempo que abatido“Tengo ganas de salir de aquíDeseo ver mundo y, ahora que lo piensoSería genial hacerlo junto a ti”“Era justamente lo que te iba a decirO sea que la respuesta ya tienes ahí”Replicó la chica sin la menor dilaciónY con un tono en sus palabras cargado de amorUna vez en la estaciónNuestros tickets pagaríamosY, seguidamenteEn el vagón nos adentraríamosSe trataba de un largo viaje, pero, al menosJuntos y con buen equipaje, estaríamosPasamos buenos momentosHasta que el tiempo se paróUn mal día, la cosa terminóEl corazón de mi querida amiga no aguantóY tirados, a ambos, nos dejóLloré al pensar que nunca la dije un “te quiero”Ya que en el momento me pareció lo de menosSiempre creí tener tiempo para elloPero ahora soy consciente de lo idiota que fuiAhora he descubierto que las cosas no funcionan asíLos días se hacían eternosY las noches parecía que nunca acabaranTenerla en mi recuerdo no era suficienteY, mi imaginación, de llantos se llenabaY una escena hizo que, una vez más, lloraraRecordé a los novios saliendo de la iglesiaPero, rápidamente, mi deseo se esfumóElla murió y mi sueño de la bodaCuál perdiz, voló y me dejóLlegó la hora de dejar atrás el dolorEl tren se paró en mi estaciónY la puerta se abrióBajé por la escalera y, mi menudo cuerpoTotalmente paralizado quedóSe trataba de un lugar de tierras áridasY completamente repleto de lápidasMe fijé bien y sencillamente asombrado quedéEn una de las tumbas se encontraba mi nombreY, en la de al lado, el de la que pudo haber sido mi mujerNo podía ser. Esto no podía acontecerDe pronto, todo desaparecióY, junto a mí, mi preciosa y bella compañera de viajeSe me presentó y me saludóTan hermosa como en vida¡Cualquiera lo diría!Vistiendo un blanco traje de bodaY haciendo un simpático gesto con su bocaSe acercóY a mi oído susurró“Te quiero tanto o más que en vidaNo te preocupes por lo que no me dijiste entoncesY dímelo ahora, mente doloridaNecesito escucharte y, asíSanar mi entristecida alma herida”Y yo la respondí, clavado en su enamorada mirada“Te quiero, mi pequeña cantarina de piel rosadaTe quiero tanto en este mundo como a nada”
No hay comentarios:
Publicar un comentario