Esta vez os quiero contar la historia de un pequeño con gran curiosidad.
Un muchacho valiente y de inexistente ingenuidad.
No mires tras el mostradorNo vaya a ser que te encuentresCon aquél loco trovadorMi madrina me contó que ayer lo visitóQue todo son murmullos en el callejón “Las Doce”Por eso no aguantóY se fue pronto anocheUna vez estás allíEl ambiente cambiaLa gente es extrañaLos pájaros apenas cantanSi me preguntan por qué lo hiceResponderé sin dudar un solo segundo“Soy curioso por naturalezaY necesito ver mundoMe gusta descubrirY así mi mente abrir”Siempre me adviertenDe forma persistenteY sin importar la hora que sea“Chico, cuidado con acercarte por allíNo vaya a ser que veas lo que no quieras”Y yo replico con tono desafianteY aires de “pequeño Morfeo”“Prefiero ver lo no queridoA no ver lo que deseo”Cuando doy una vuelta por la zonaAlgunos la abandonanY en el fondo se avergüenzanYa que el pasado no perdona
Debe ser que piensan que soyDemasiado pequeño para ver prostituciónY grandes dosis de drogadicciónEn pleno callejónCon el sol apuntando hacia la situación...Una simple, aunque sucia acciónAllí puede convertirse enToda una provocaciónY es que se trata de un lugar tabúNo lo dudes túA las doce de la mañana abreY a las doce de la mañana siguiente cierraEl mercado que a muchos entierraMañana volveré a irEsperando ver más espectáculoCon el que quedarme ojipláticoYa que en mi casa me aburroY me siento algo apáticoPor lo que salir un ratoSerá como algo casi mágicoY, de nuevo, me dirigiré al mercado de “Las Doce”Por el que la gente que ronda termina fatalY no regresa a casa hasta bien pasada la medianoche
No hay comentarios:
Publicar un comentario